Las ministras de Igualdad, Bibiana Aído, y de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, han anunciado que en un plazo de tres meses las farmacias venderán la píldora del día después sin receta médica y sin límite de edad. Esta medida, al igual que la reforma de la Ley del aborto, se integra en la Estrategia de Salud Sexual y Salud Reproductiva del Sistema Nacional de Salud, actualmente en proceso de elaboración, con la finalidad de reducir el número de embarazos no deseados. Y es que en 2007 se produjeron más de 6.000 abortos en menores de 18 años; 500 en chicas de menos de 15.
Como era de esperar, organizaciones contrarias a este tipo de medidas ya han mostrado su férrea oposición frente esta decisión, al igual que sucedió con el anuncio de la reforma de la vigente ley del aborto por un establecimiento de plazos. Utilizan el mismo argumento para atacar esta nueva medida: las mujeres utilizaremos tanto la píldora post coital como el aborto como métodos anticonceptivos. Y es que, es verdad, teniendo estos dos métodos, ¿quién va a preferir utilizar un preservativo, que además previene de enfermedades de transmisión sexual, o anticonceptivos hormonales que tienen un 99% de fiabilidad?
¿De verdad nos consideran tan idiotas? Hay que tener claro que la píldora es un método de urgencia, que en ningún caso debe sustituir a otros métodos anticonceptivos, como el preservativo (masculino o femenino), la píldora anticonceptiva, el anillo vaginal, el diafragma, la varilla subdérmica, los parches anticonceptivos…
Como cualquier otro medicamento, su venta debe ir acompañada de una campaña informativa exhaustiva que asesore a las mujeres sobre el uso correcto y las contraindicaciones que conllevaría la ingesta excesiva de este producto. Además, para hacer un buen uso de él, es preciso consultar al médico o al farmacéutico en caso de duda. Es innegable que habrá algunas mujeres que recurrirán a este producto en lugar de prevenir, pero también es cierto, que hay personas que se automedican y abusan de ciertos fármacos como los antibióticos, y no por ello prohíben su venta.
Por otro lado, el Estado español no es pionero en adoptar esta medida, que ya se aplica desde hace años en otros países del mundo:
en Francia se puede adquirir la píldora anticonceptiva de emergencia desde 2002 en las farmacias sin prescripción médica, y de forma gratuita para las menores de 18 años.
Reino Unido la dispensa desde 2001 a las mujeres mayores de 16 años.
Estados Unidos, donde se ha reducido considerablemente el número de embarazos no deseados, desde 2005 en 7 estados California, Washington, Alaska, Hawái, Nuevo México, Maine y New Hampshire.
En ninguno de estos países, la píldora post costal se ha convertido en un método anticonceptivo más, y sin embargo, han reducido considerablemente el número de embarazos no deseados, principalmente en adolescentes.
En el Estado español se puede adquirir Norlevo y Postinor desde 2001 en farmacias con receta médica o gratuitamente en Centros de Salud.
Esta medida debe también atender a otra problemática frecuente: l@s farmacéutic@s que se acogen a la objeción de conciencia para no vender métodos anticonceptivos. Una vez transcurran los tres meses, todas las farmacias tendrán la obligación de dispensar este medicamento. Y para quien esté en contra de la medida, la respuesta es sencilla: que no la tome.
Para el presidente de la semFYC (Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria), Luis Aguilera, «esta medida debe formar parte de una estrategia integral que aborde la sexualidad como parte de la salud de las personas». «En el caso de los jóvenes, es importante que se adopten valores como el respeto hacia la pareja, la responsabilidad y la autoestima».