El ayuntamiento de Calatayud, a través de su Delegación de Políticas de Igualdad y con la colaboración del Instituto Aragonés de la Mujer, acaba de publicar un calendario que pretende luchar “contra el sexismo y los estereotipos de otros calendarios”, y en el que concejales, funcionarios, ingenieros o el propio alcalde de la localidad protagonizan uno de los doce meses del año. En las imágenes, estos hombres aparecen planchando, limpiando la casa, poniendo el lavavajillas o realizando otras tareas familiares y del hogar.
El objetivo primordial de este calendario es concienciar a la sociedad bilbilitana de que las tareas familiares y del hogar no son cosas de mujeres, sino que los hombres tienen también la obligación de asumir esos hábitos y costumbres como propios. No se trata pues de animarles a colaborar en dichas tareas, sino de que sean conscientes de su corresponsabilidad en cada una de esas labores.
Aprovechando que estamos en Navidad, y que las familias se reúnen en casa de alguno de sus miembros para comer o cenar, es un buen momento para predicar con el ejemplo.
Aunque en muchas casas seguirá ocurriendo lo mismo que siempre: mientras las mujeres pasarán horas y horas en la cocina preparando el asado, los cardos, los postres, etc. y poniendo la mesa, los hombres permanecerán sentadicos en el sofá, tomándose un vinico y preguntando a gritos que si “¿ya está la cena?!!”.
¿Qué pasaría si un día las mujeres nos pusiéramos en pie de guerra y decidiéramos dejar de llegar a casa cargadas de bolsas del mercado, de pegarnos toda la tarde o la mañana guisando, y de recoger y fregar los platos después del festín? ¿Lo harían los hombres?
Más de uno piensa que lo pasamos pipa trabajando en la cocina de pie durante horas, en lugar de salir por ahí con las amigas y llegar a casa a mesa puesta. ¿Dónde va a parar?
Así que si queremos que todos estos proyectos que proponen nuestr@s polític@s sean efectivos, debemos comenzar por ponerlos en práctica en nuestros hogares.
Goyosas Fiestas Nabidals y Buen Cabo d’Año